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Logrando "Efectividad con Sentido Humano” 3/3.

Parte 3 de 3: “Crecimiento con propósito, factor clave para construir un mejor futuro”.


Königstein, Alemania


En el capítulo anterior (2/3), hablamos de por qué la agilidad y un liderazgo consciente, te ayudaran a construir un mejor futuro.


En esta tercera y última parte de la serie hablaremos del crecimiento con propósito, para lograr una efectividad con sentido humano y construir un mejor futuro.



Crecimiento con propósito:

El crecimiento es un tema muy común y de gran relevancia en la vida de las organizaciones. Se busca crecer las ventas, la participación de mercado, las utilidades, la productividad, la eficiencia eficiencia operativa, etc. Lo importante es no perder de vista que todo crecimiento implica necesariamente la participación de personas que piensan, sienten y actúan de manera diferente. Si se sabe aprovechar esta diversidad de pensamiento y se genera una cultura de trabajo incluyente será más factible lograrlo.


El hecho de buscar un crecimiento sustentable en una organización, no debe ser un obstáculo para que las personas se desarrollen armónica e integralmente, ni mucho menos significa que por esa orientación al crecimiento se justifique un uso irresponsable de los recursos que se tienen a disposición para lograrlo, especialmente los naturales, sin tener en cuenta la importancia de hacer un uso racional de ellos, para entregarle un mundo mejor a las siguientes generaciones. No se debe perder de vista que todo ser humano posee una dignidad que merece ser respetada y ningún proceso de crecimiento justifica que se haga sin respeto y sin responsabilidad por el cuidado de las personas.


En Conscious Performance compartimos la tesis que busca mejorar la efectividad organizacional sin olvidarnos de apoyar el crecimiento integral de las personas. Estamos convencidos en función de nuestra experiencia, que es posible generar crecimiento y prosperidad financiera, en armonía con el crecimiento de las personas que lo hacen posible aportando su creatividad y talento. En este contexto, una pregunta que surge de inmediato es: ¿hacia donde y como podemos enfocar nuestros esfuerzos para lograr un crecimiento armónico para las personas, los equipos de trabajo y la organización como un todo?


No cabe duda que ante un desafío tan atrayente y complejo a la vez, es necesario responder a él con un enfoque integral y sistémico, siendo el propósito el eslabón que le da solidez y consistencia a este proceso. Tomemos en cuenta que nos estamos refiriendo a un concepto milenario que seguirá cobrando relevancia para hacer frente a los desafíos de esta era digital, que dicho sea de paso, van mucho más allá de los generados por la pandemia, que sin dejar de ser un tema de salud crítico de gran importancia, se suma a otras fuerzas disruptivas en el contexto actual que representa una complejidad nunca antes vista.


Iniciemos por dar un poco de contexto histórico sobre el concepto de propósito. Si bien éste término se escucha con mayor frecuencia en el mundo de los negocios de hoy, como lo mencionamos anteriormente, podemos referirnos a él como un concepto milenario vigente que juega un papel clave en la construcción de un mejor futuro.


Si tomamos algunas de las referencias históricas sobre la importancia del propósito, podemos hablar de Sócrates, Platón, y Aristóteles en la Grecia antigua, entre muchos otros pensadores medievales, renacentistas, iluministas, hasta llegar a los grandes referentes del siglo XX y los de nuestro tiempo, la sociedad digital.


Si bien el objetivo de esta tercera entrega no se enfoca en revisar a profundidad cómo muchos autores contribuyeron al desarrollo de la humanidad dejando un gran legado a las siguientes generaciones alrededor del tema del propósito, comentaremos las aportaciones de tres de ellos para dar contexto y significado a este concepto que podemos considerar un factor esencial para la supervivencia y evolución de las organizaciones en esta era digital.


Iniciemos hablando del primer autor clásico.


1. Sócrates y la importancia de buscar el sentido de la vida.

Sócrates nació en el siglo quinto antes de Cristo. Este gran ciudadano ateniense fue considerado por el oráculo de Delfos el hombre más sabio de su época y posteriormente uno de los grandes pensadores de la historia que rompió con muchos paradigmas. Sus enseñanzas prevalecen hasta nuestros días. Para Sócrates vivir con un propósito era una invitación para buscar el sentido de la vida y para ello fue capaz de ver su sabiduría, pero también de aceptar su ignorancia, de allí su famosa frase: yo sólo sé que no sé nada.


Esta humildad que le caracterizaba le ayudo a educarse en el bien y en la virtud. Su método conocido como la mayéutica, qué se basa en un diálogo a través de preguntas y respuestas para encontrar el sentido de las cosas. El objetivo de dicho método era provocar que los alumnos quienes poseen en potencia la luz de la verdad en sus mentes, la descubrieran con dolores de parto, en una clara alusión a la profesión de su madre que era partera, pues nadie puede entender algo en lugar propio, si uno no lo entiende por si mismo. También utilizó el método dialéctico haciendo ver a los sofistas la negación de ciertas verdades que los llevaba a conclusiones contradictorias.


Su legado permanece hasta nuestros días es utilizado en muchos campos, entre ellos la educación, y el mundo de los negocios, en este último particularmente en los procesos de mediación para la resolución de conflictos, en procesos de Mentoring y Coaching Ejecutivo por citar algunos ejemplos.


Por último, mencionaremos que para encontrar el propósito o sentido de la vida de acuerdo con Sócrates, es importante reconocer que todo vicio es producto de la ignorancia, de allí la importancia de construir buenos hábitos y virtudes a partir del profundo conocimiento de uno mismo.

2. Platón.

Nació en el año 427 Antes de Cristo en Atenas, Grecia. Fue discípulo de Cratilo y Hermógenes y posteriormente de Sócrates. Escribió una cantidad de diálogos poniendo a su maestro en muchos de ellos como parte central. Su discípulo más ilustre es Aristóteles. Puso toda su energía en tratar de establecer un ideal de justicia y respeto por la verdad, fundando su

academia hacia el año 387 antes de Cristo, la cual podría ser considerada la primera Universidad de Europa.


El banquete, el Fedón y la República son algunos de sus diálogos que se hacen indispensables para comprender problemas éticos concretos que se vivían en su época y que sorprendemente muchos de ellos tienen siguen siendo vigentes en la realidad. Las ideas para él, son como una serie de arquetipos a partir de los cuales se diseñan toda la diversidad de un grupo de cosas: los hombres, los árboles, los animales y las cosas.


Fiel a su gran maestro Sócrates, actuó bajo el principio que dice: una vida sin examen, no merece ser vivida, es decir, una vida que no se atreva a romper con la rutina, con las sombras, que salga al encuentro de las ideas y la esencia desde donde provienen, no merece ser vivida. Platón buscaba a través de su trabajo, ayudar a la sociedad a tomar conciencia a través de una reflexión sobre el mundo que hiciera mejor la ciudad, la convivencia y la organización de los seres humanos para lograr que cada cual tenga lo que le corresponda y que cada cual desempeñe el papel en el que mejor puede aportar al bien común.


Da un énfasis muy particular a la dimensión colectiva del ser humano a partir de una orientación al orden, la estructura y la justicia. Si no hubiera una idea de justicia, no podría llamarse justo a ningún acto y la vida en común sería imposible. Allí radicaba el propósito de Platón que lo llevo a pensar, sentir y actuar en la forma que lo hizo, dejándonos un gran legado.


3. Aristóteles. El propósito del hombre es la felicidad.

El filósofo de Estagira ingresó en la escuela de Platón a los 18 años de edad permaneciendo en ella hasta la muerte de su gran maestro en el año 348 antes de Cristo. Aristóteles es considerado uno de los genios más grandes de toda la humanidad. Construyó un sistema muy sólido con apertura a casi todas las dimensiones de la realidad: el hombre, el mundo, el conocimiento, la ciencia, la vida, la política y el arte, entre otros.


Sostuvo que la mente humana está abierta la verdad como evidencia objetiva, es decir, la claridad con que las cosas se presentan a la mente para ser conocidas como realmente son. También sostuvo que la verdad es patrimonio universal de la humanidad, pues todo lo que conocemos son evidencias verdaderas para todos, y se refirió a la ética como la ciencia que dirige al hombre hacia la felicidad, ya que éste por naturaleza desea ser feliz.


Para el estagirita, la felicidad consiste en el gozo en el bien, por lo que los bienes temporales son necesarios para lograrla, pero no se puede alcanzarla sólo con estas cosas, ya que por su naturaleza espiritual el ser humano tiende a bienes más sublimes como la sabiduría y la virtud y es por la práctica de estos que alcanzará la felicidad. Por su propia naturaleza está ordenado a vivir en sociedad, pues necesita de los demás para lograr su perfección, su felicidad y su realización. Dato interesante a considerar en nuestro tiempo fue su perspectiva sobra la política, la cual, afirmaba, tiene como fin formar ciudadanos virtuosos y felices.


Para Aristóteles, una virtud que se utiliza en exceso o se subutiliza (por defecto) deja de serlo, de allí la importancia de tener un sentido de proporción que equilibra posturas contrarias. Su frase es una muestra de su pensamiento:

“Enojarse es fácil, pero enojarse en la magnitud adecuada, con la persona adecuada, en el momento adecuado eso es cosa de sabios”. - Aristóteles


Si lo aplicamos a la esfera profesional, es claro en una organización que un líder que sobre utiliza o subutiliza sus habilidades y sus conocimientos, ciertamente no será tomado por virtuoso.


El equilibrio es fuente de inspiración y confianza para sus seguidores. Muchas evaluaciones 360 grados para líderes tienen una arquitectura muy similar al enfoque analógico del justo medio aristotélico, que es muy fácil de notar cuando se pregunta a los evaluadores si el líder evaluado utiliza en exceso o subutiliza ciertas habilidades gerenciales.


Una vez compartido un poco del legado de estos tres autores clásicos, vayamos al contexto actual, en donde muchas organizaciones han reconocido la importancia de guiar su estrategia con un propósito que les permita crecer y evolucionar de manera sustentable.


Empecemos por hacer referencia al mensaje que Larry Fink, director ejecutivo de BlackRock la firma administradora de fondos más grandes del mundo, quien lanzó una advertencia en el 2019 a sus clientes que no pasó inadvertida al afirmar que sólo haría negocios con empresas que benefician a la sociedad de alguna manera, afirmando categóricamente:


“Sin un sentido de propósito, ninguna compañía, ya sea pública o privada, puede alcanzar su máximo potencial”.

No hay duda, el propósito es un elemento poderoso para la productividad y la rentabilidad en las organizaciones.


Otro ejemplo lo encontramos en un artículo de McKinsey, en donde presenta de forma muy clara los beneficios del propósito como factor clave que impacta la rentabilidad de una organización:


“La creación de vínculos sólidos con un propósito individual beneficia tanto a las personas como a las empresas, y podría ser vital para gestionar las incertidumbres posteriores a la pandemia que se avecinan. Las personas que encuentran su propósito individual congruente con sus trabajos tienden a obtener más significado de sus roles, haciéndolas más productivas y más propensas a superar a sus compañeros. Nuestra propia investigación encuentra una correlación positiva entre la determinación de los empleados y el margen EBITDA de su empresa”. - McKinsey Quarterly (Agosto 2020)

Si quieres clarificar o definir tu propósito con claridad, es importante retar tus modelos mentales o paradigmas que gobiernan tu pensamiento y tus acciones.


Te invitamos a activar un proceso de tres pasos: interpreta el contexto, desarrolla un pensamiento estratégico, ponte en marcha evaluando tu progreso continuamente.


1. Todo parte de una buena interpretación del contexto.

Trata de comprender y si es necesario reinterpretar el contexto en el que te encuentras inmerso. Aprende y desarrolla el arte de desafiar, cuestionar a partir de un sano escepticismo los paradigmas o marcos de referencia que guían tu proceso de toma de decisiones, siempre a partir de un pensamiento crítico, sin prejuicios, entendiendo que toda realidad es dinámica y que las soluciones de ayer es muy probable que ya no respondan a los problemas de hoy. Siempre te recomendaremos no poner en marcha nada, si no tienes claridad de lo que quieres

lograr. Para ello, te sugerimos centrarte en comprender de la mejor manera posible la influencia que tienen en ti los grandes paradigmas dominantes en los que has vivido y que guían la dinámica social: la ciencia, las tecnologías digitales, la política y la economía, por mencionar algunos, partiendo de la premisa básica que ninguno de estos marcos de referencia representa una verdad absoluta y por lo tanto pueden ser cuestionados.


Es muy importante desarrollar la capacidad de seleccionar lo mejor de cada uno de dichos paradigmas para generar soluciones creativas. En términos técnicos de la hermenéutica que se define como la disciplina y el arte de interpretar los textos, se trata de encontrar y analizar aquellos, ya sean escritos, hablados o actuados, que te ayuden a comprender e interpretar mejor los desafíos actuales. Es muy importante preguntarse en todo momento, ¿qué otras referencias me pueden ayudar a lograr un mayor entendimiento sobre la realidad actual y las oportunidades emergentes de cara al futuro? ¿A que fuentes puedo acudir para obetener información y datos confiables para aprender desde la perspectiva que un texto puede ser escrito, hablado o actuado? Invertir tiempo en este proceso es una de las mejores inversiones que puedes hacer para no confundirte en el mar de la información que existe en las redes sociales.


Reinterpretar el contexto desde otros marcos de referencia, te servirá para detectar y capturar con agilidad las nuevas oportunidades que están surgiendo en un entorno marcado por la vulnerabilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad de este momento histórico que estamos viviendo.


Aquí te ofrecemos algunas sugerencias específicas:

  • Selecciona con mucha atención y cuidado las fuentes de información que utilizas para informarte. ¿Cuáles son los textos escritos, hablados y actuados que influyen en tu forma de ver el mundo?

  • Escribe tus ideas con regularidad en un cuaderno o en el medio electrónico que elijas. Puedes analizarlas y agruparlas para dar orden, claridad y estructura a tu pensamiento.

  • Dialoga con personas expertas en los temas que requieres clarificar o entender mejor. No solo lo hagas con aquellos que piensan como tú, busca dialogar con aquellos que tengan una perspectiva de pensamiento diferente a la tuya.

  • No tomes decisiones sin tener claridad de lo que verdaderamente quieres lograr. Decidir bajo la influencia de la prisa y el activismo no es una buena idea. Por ello es importante que bajes los decibeles el ruido interior para ganar claridad con la suficiente amplitud y profundidad según lo amerite cada situación.

Vamos al paso 2 del proceso:


2. Desarrolla tu agilidad estratégica para tomar mejores decisiones congruentes con el contexto y lograr mejores resultados.

Rodéate de personas que tengan una visión estratégica y sean altamente calificadas en aterrizar estrategias de negocio en planes táctico-operativos con éxito. No te esperes que ellos te abran la puerta, toma la iniciativa acercándote con humildad y construye una red de buenos coaches y mentores en este tema. Ten en cuenta que este proceso toma tiempo y que una actitud abierta dispuesta a aprender es clave para ganarte su confianza.


Para adquirir conocimientos sobre estrategia, existen muchos recursos disponibles a tu alcance y recuerda que los textos pueden ser escritos, hablados o actuados. Esto es, puedes acudir a bibliografía escrita sobre este tema, audio libros, videos y procesos de coaching y mentoring con aquellas personas que generosamente elijan apoyarte en tu proceso de aprendizaje y desarrollo. Aplica los nuevos conocimientos adquiridos sobre estrategia en situaciones específicas relacionadas con tu trabajo tomando riesgos prudentemente evaluados para ganar experiencia.


-Invierte tiempo en desarrollar tu propósito personal. Puedes hacerlo de forma individual o si prefieres con el apoyo de un coach ejecutivo. Una vez que lo hayas definido, realiza un análisis para ver en que medida tu propósito individual se corresponde con el propósito de la organización para la cual trabajas. Esta verificación de consistencia te permitirá.


Finalmente, el paso 3 del proceso:


3. Ponte en marcha evaluando tu progreso continuamente.

Hacer altos en el camino te ayudará a mantenerte enfocado en tus aspiraciones estratégicas, tácticas y operativas.


Vivimos en un mundo que va muy de prisa, y si a esto le sumamos la saturación de información del internet y las redes sociales, es muy fácil perderse, desenfocarse y por qué no decirlo, frustrarse sintiendo que uno va muy de prisa sin saber hacia donde. Aprender a vaciarse haciendo altos en el camino de manera continua, nos ayuda a desarrollar una idea más clara de aquello que queremos lograr. Anteriormente, mencionamos la importancia de atreverse a cambiar los textos o paradigmas desde los cuales interpretamos la realidad, para alcanzar un mayor nivel de conciencia que nos permita ver las nuevas oportunidades que están emergiendo. La clave está en ir a buscar y conectar con los textos que te ayuden a crear la realidad que deseas.


Ponte en marcha y mantente enfocado. Sin altos en el camino, es muy posible que termines en un activismo sin sentido que terminará por llevarte a la frustración y en casos extremos al síndrome de estar quemado o “burnout” en inglés.


A continuación, te ofrecemos algunas sugerencias:

  • Si sientes que dejas de ver tu objetivo y/o estás perdiendo tracción, ese es el momento oportuno para hacer una pausa, reinterpretar y reorientar tus acciones hacia tu propósito.

  • Programa y realiza tres pausas al día de 30 minutos para caminar al aire al aire libre y oxigenar tu cerebro. Respira conscientemente y busca desacelerar el ritmo de tus pensamientos. Aprovecha las técnicas de mindfullness que están al alcance de todos.

  • Evita procrastinar en tu proceso de aprendizaje. Postergar o posponer el desarrollo de tu pensamiento estratégico no es una buena idea. Eso te hará perder momentum por lo que te recomiendo dividir tu proceso de aprendizaje en tareas pequeñas y concretas que puedas realizar cada día.

  • No confundas agilidad con prisa o activismo irracional.

La firma McKinsey afirma:

“Agilidad: rima con Estabilidad” - McKinsey Quarterly, (Diciembre, 2015).

En este artículo, la firma mundial de consultoría afirma: “Un análisis de 2015 del índice de salud organizacional mostró que las empresas con velocidad y estabilidad tienen un 70 por ciento de probabilidades de ser clasificadas en el cuartil superior por la salud organizacional. Durante mucho tiempo hemos establecido que la salud organizacional es en sí misma un predictor de un fuerte desempeño financiero”.


No te distraigas, avanza paso a paso cada día para aprender y consolidarte como persona más estratégica, con el paso del tiempo lograrás ver los resultados.

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